El México alucinado y salvaje de Yuri Herrera

Cuando uno llega por primera vez a la literatura del mejicano Yuri Herrera (Actopán, 1970) los ojos le hacen chiribitas. Y es que Herrera tiene eso que se ha dado en llamar “voz propia”, una forma de escribir muy original que bucea en el lenguaje popular, que traslada los paisajes de la frontera con un imaginario asombroso y que utiliza metáforas de una fuerza portentosa. Sus historias acontecen en un territorio mítico, el de la frontera entre Estados Unidos y México, uno de los lugares más duros del mundo, donde el narcotráfico campa a sus anchas y donde miles de personas intentan diariamente la travesía del sur al norte en busca de un lugar donde no solo vivir mejor, sino donde sobrevivir. Un territorio de asesinos, policías corruptos, espaldas mojadas, cantantes de rancheras, prostíbulos, bares de mala muerte, palacios suntuosos, camellos inmisericordes, políticos sin escrúpulos y mucha gente desgraciada. Se han publicado ya tres novelas de Yuri Herrera.LIBRO.La transmigración de los cuerpos

En Trabajos del reino se cuenta la historia de Lobo, un acordeonista con escasa suerte, que es rescatado de su triste destino de tocar y cantar por cantinas de mala muerte por el Rey, un capo de la droga que habita una inmensa y estrambótica mansión. Lobo, transformado en El Artista, se convertirá en el trovador del Rey, en el príncipe del narcocorrido. A su lado vivirá momentos de gloria y también de desasosiego e incluso encontrará el amor de Cualquiera, la hija de la Bruja, la peligrosa compañera de El Rey.

En Señales que precederán al fin del mundo una joven intenta cumplir la misión que le ha encomendado su madre: pasar al “otro lado” y encontrar a su hermano del que no se sabe nada desde hace meses.  La chica, Makina, un personaje inolvidable, emprenderá una odisea -como si fuera una Penélope harta de esperar transformada en Ulises-, que le hará atravesar, literalmente, el infierno. A pesar de su inocencia, su coraje le hará salir airosa de todo tipo de peligros, hasta encontrar al hermano buscado y hallar una respuesta que nada soluciona.

Y ahora llega La transmigración de los cuerpos la historia más alucinada y alucinante de todas. Estamos en el mismo paisaje pero en un tiempo indefinido marcado por una plaga que azota la ciudad. Con este telón de fondo asistimos a la peripecia de El Alfaqueque un tipo feo pero que maneja la labia y la verga como pocos y que se ve inmerso en la guerra entre dos jefes mafiosos, El Delfín y El Castro, que se acusan de haber secuestrado a sus hijos respectivos. Nuestro héroe actuará de mediador para solucionar el entuerto. En la odisea, El Alfaqueque, que está locamente enamorado de su vecina la despampanante La Tres Veces Rubia, se verá acompañado por El Ñandertal, coloso de escasas luces, y la Vicky, enfermera de profesión y forense ocasional. Estamos ante una nueva versión de Romeo y Julieta en tiempos apocalípticos y con detective medrador. Una historia de amor, venganza y perdón.

Las tres novelas, que no pasan de las 150 páginas, son soberbias y se hacen con la atención del lector desde las primeras líneas. Su lectura se vuelve hipnótica y tienen tal fuerza, que a cada momento debemos pararnos, para volver atrás y releer una escena original, una descripción brillante de un personaje peculiar, ó una historia que nos deja sin aliento.  Y es que las historias de Herrera tienen algo que las entronca con los viejos mitos, con los combates entre dioses y hombres, con las viejas fábulas, con las historias en las que se nos proponían enseñanzas morales. Amores, muertes, aventuras, desgracias, efímeras alegrías, esperanzas truncadas… De todo encontramos en estas pequeñas joyas de un escritor mexicano del que no hay que olvidar el nombre: Yuri Herrera.

Enrique Martín

1 thought on “El México alucinado y salvaje de Yuri Herrera

  1. karenin

    La transmigración de los cuerpos tiene la habilidad de mostrarnos un mundo ya de por sí terrible, de pistoleros, tabernas y charcos de sangre, que además sufre la amenaza de una epidemia apocalíptica. Y en lugar de cebarse en el dramatismo que incorpora tal premisa –error en el que mucho otros habrían caído–, la aborda con un humor a la vez ácido y tierno, que sabe extraer de cada personaje algo de su dignidad perdida y poner un poco de esperanza en un mundo que se desploma con todo el peso del acero. Su voz es tan poderosa como la de Rulfo, tan llena de esos matices y olores que nos sitúan en el corazón de los suburbios mexicanos, e incorpora el poder de fascinación de Sábato y el aliento de Bolaño. La transmigración de los cuerpos es a la vez una tragedia clásica, un retrato en color de un mundo que creíamos en extinción y una novela de redención cuya épica permanece bajo tierra esperando a que la desenterremos.

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