El tocho. El inagotable talento de Eça de Queirós

Habían dado las once en el cuco del comedor. Jorge cerró el tomo de Luis Figuier, que había estado hojeando al desgaire, arrellanado en su vieja Voltaire de tafilete oscuro, se estiró, bostezó y dijó:

-¿No te vistes Luisa?

-Ya voy.

Se había quedado sentada a la mesa leyendo el Diario de Noticias, con su bata de paño negro bordada en soutache, con grandes botones de nácar; el pelo rubio un poco revuelto, con un tono seco del calor de la almohada, se enroscaba airosamente en lo alto de su pequeña cabeza de bonito perfil; su piel tenía la blancura tierna y láctea de las rubias…”.

LIBRO.El primo BasilioAsí comienza El primo Basilio de José María Eça de Queirós. El maestro de las letras portuguesas publicó esta novela en 1878. Concluyó su redacción en Newcastle, uno de los numerosos destinos de su carrera diplomática. El autor se había iniciado en la literatura a comienzos de esa misma década y El primo Basilio es su primera obra importante.

Con esta novela volvemos a uno de los grandes temas de la narrativa del siglo XIX, el de la mujer como víctima de la sociedad burguesa. Ya sean seducidas y abandonadas, o decididamente adúlteras, son muchas las heroínas literarias de esta centuria que acaban sucumbiendo a un destino trágico. Pero ninguna de ellas, se lo aseguro, sufre un acoso tan terrible como el que padece Luisa a manos de su criada en esta excepcional novela de Eça de Queirós.

A sus 25 años Luisa está casada desde hace tres con un joven ingeniero de minas al que en realidad no ama. La ausencia del marido por un viaje de trabajo coincide con el retorno del Brasil del enriquecido primo Basilio, primer amor de Luisa. La protagonista cae en la infidelidad como una compensación a su estrecho horizonte de días siempre idénticos. Hasta aquí, por lo que al argumento respecta, no hay nada realmente alejado del llamado “bovarismo” narrativo, de las grandes novelas que han tratado el adulterio en esta época.

Pero entonces la historia da un giro gracias al personaje de la criada, Juliana Couceiro, una de las más logradas creaciones de Queirós, extraordinaria malvada que suscita tanta angustia como aborrecimiento en el lector. Aunque los amantes tienen la precaución de verse en un cuartucho alquilado a las afueras de Lisboa, Juliana intercepta una carta amorosa de su señora y, a partir de ahí, la vida de ésta, sometida a un continuo chantaje, se convierte en un infierno. Hasta el punto de intercambiarse los papeles haciendo el ama las tareas de la doncella. En éstas regresa el marido y la situación poco a poco se vuelve insostenible…

Antes de iniciar su vida errante como cónsul, Eça de Queirós tomó parte activa en la vida literaria lisboeta y firmó el Manifiesto Realista. Por eso concibió sus primeros libros como “arte de combate” contra los males sociales que aquejaban la realidad de su país. La crítica de Queirós se extiende tanto a la sociedad portuguesa, hipócrita y pretenciosa, como a los personajes principales, ninguno de los cuales sale bien parado: el primo Basilio es un seductor tarambana, Juliana es una trabajadora cargada de resentimiento, el marido de Luisa un burgués previsible y bonachón. En este sentido, aunque sin perder un fondo de ternura, la pluma de Queirós es siempre irónica y certera. A menudo lacónica en las descripciones, y ágil en los diálogos. Y lo más importante, su pulso narrativo es excelente: la historia progresa hasta acabar emocionando y turbando a los lectores. Les confieso que El primo Basilio fue una de las lecturas más desasosegantes de mi juventud. Toda una obra maestra a redescubrir.

Javier Aspiazu

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *