Lecturas de fin de semana. El librero de Régis de Sá Moreira

Poco sabemos de este escritor francés de ascendencia brasileña que ha vivido en Estados Unidos y en la tierra de sus antepasados. Solo que ha publicado esta novela, El librero, que ha recibido grandes críticas en Francia y que ahora publica en castellano la magnífica editorial Demipage.

El librero es una novela que habla del amor a los libros, pero en la que no se cita ningún título, ni se habla de ningún autor. Así que nadie crea que se va a encontrar con una guía de lectura. Cuenta la historia de un librero que se niega a “vender basura” y que solo expone en su establecimiento libros que ha leído y la han gustado. Un librero que envía a sus hermanos, repartidos por el mundo, páginas arrancadas de los libros que le gustan y que llevan un mensaje oculto. LIBRO.El libreroUn librero que está vacío por dentro porque los tres amores de su vida se quedaron con su alma. Un librero al que acosan Dios y la Pregunta, el caos existencial que le lleva diariamente a la Tristeza. Un librero que se ve a sí mismo como el guardián de un zoo, donde los animales son libros, y que se toma una infusión cada vez que se marcha un cliente que le ha dejado huella para bien ó para mal.

Y los clientes son de todo tipo. Una chica que busca un libro para una madre que no es su madre. Un grupo que vino pidiendo, para irritación del librero, el libro más vendido. Una mujer, la más hermosa del mundo, que buscaba un libro, pero que en realidad quería encontrar un novio. Una baronesa que pedía libros para sus nietos. Varios clientes que venían pidiendo consejo porque nunca habían leído un libro (los preferidos por el librero). Un hombre que pidió tres libros para llevar a una isla desierta (lo que provocó una crisis al librero). Jack el Fatalista, que era el cliente más fiel de todos. Unas chicas guapas con falda que miraban sin pedir y alegraban la vida del librero. Una florista que intercambiaba flores por libros. El Dalai Lama que venía y dejaba consejos. Los Testigos de Jehová que, curiosamente, eran bien recibidos, siempre que no hablaran de Dios. Una chica que trajo la Vida cuando confundió la librería con una pastelería. La Voz, a la que nunca se veía, pero a la que gustaban los libros de aprendizaje de idiomas. Y “el último cliente del día” que siempre daba satisfacciones especiales.

Un libro fantástico en la doble acepción de la palabra, porque es una novela que ofrece cosas que  no ofrece la realidad, y porque está maravillosamente escrito y bien resuelto. Cada historia, cada pequeño capítulo, cada anécdota, cada reflexión es pura poesía no exenta de un punto de surrealismo. Gustará mucho a los lectores que no necesitan un hilo argumental para disfrutar, a los lectores que buscan sensaciones como las que produce la contemplación de un cuadro impresionista.

Enrique Martín

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