Teta Blanca, Leonardo y el escritor Guillermo Aguirre

Leonardo es el título de la nueva novela de Guillermo Aguirre, quien  en 2010 ganó el XV Premio Lengua de Trapo con Electrónica para Clara con solo 26 años. En esta ocasión, el bilbaíno nos presenta a un personaje un tanto egocéntrico, neurótico, manipulador, canalla y encantador. A sus veintitantos años, Leonardo, un escritor que vive de la mensualidad que le pasa su madre funcionaria, decide sentar la cabeza como han ido haciendo todos sus amigos. Para ello planea un amor con C., una mujer nueve años mayor que él. Al principio, todo irá bien, o mejor al menos, aunque Leonardo no consigue superar su adicción a los tranquilizantes. LIBRO.LeonardoPero al poco unas comprometidas fotografías que C. encuentra en el ordenador de nuestro antihéroe, ponen en escena una grave crisis, otra mujer llamada S. y una Teta Blanca, que se convertirá en una obsesión mayúscula de Leonardo. El mandato autoimpuesto de madurar, de dejar de ser un eterno adolescente, parece quedarle grande al protagonista de esta novela que cree incluso sufrir gigantismo y envejecimiento prematuro como consecuencia de la vida que lleva.

La novela está narrada en una solvente primera persona que hace que miremos a través del singular punto de vista del protagonista. Y aunque las zozobras que agitan a Leonardo no sean divertidas, nada graciosas, en realidad, el humor descarado y un toque de surrealismo recorren el libro. El protagonista se desliga tanto de la realidad que a veces recuerda al extraterrestre aquel de Sin noticias de Gurb. ¿Qué les parece sino que alguien vaya a trabajar con manoplas o que salga a correr con sombrero y chaleco?

Hay a lo largo del relato, que algo tiene de naufragio, multitud de alusiones a la mar: playas de Malasaña, líneas de flotación, barcos y un guiño constante a la genial obra de Melville, Moby Dick. Podríamos interpretar que la realidad es para Leonardo una bestia imbatible, una enorme ballena blanca a la que cuesta hacer frente.

No miento si digo”, afirma el protagonista con una cadencia similar al “Sostiene Pereira” aquel. Y no miente Leonardo, o no siempre, pero ve las cosas a su manera y lleva a cabo su particular Odisea por estos tiempos raros, en los que, a menudo, nos quedan lejos todos los puertos.

Txani Rodríguez

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