El destino es así de caprichoso. Al igual que la semana pasada, nos volvemos a adentrar en el género de la ucronía, aunque con una sutil variante. En este caso no se trata de contar la versión alternativa de un hecho histórico, sino de un acontecimiento ficticio, uno de los más potentes de la historia del cómic: el nacimiento y desarrollo del personaje de Superman. ¿Y si la nave del Hombre de Acero hubiera aterrizado no en EEUU sino en la Unión Soviética? Esta es la hipótesis que plantea el gran guionista Mark Millar en Superman: hijo rojo. No estamos ante un cómic nuevo, pues se publicó hace ya diez años, pero se trata de una obra espléndida y su reedición viene a sumarse al programa conmemorativo de los 75 años del nacimiento de Superman, que se cumplen exactamente este mes de Junio (de hecho, el próximo viernes se estrena la esperada película sobre el mítico personaje, dirigida por Zack Snyder).

Pero volvamos a Superman: hijo rojo. Tras aterrizar su nave en una granja colectiva en Ucrania, el Hombre de Acero se convierte en el emblema de la revolución soviética, y en su pecho no luce el tradicional escudo con la “S” mayúscula, sino con la hoz y el martillo. Siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesite, Superman va, poco a poco, sumando a los países de la Tierra a la causa comunista. Pero hay uno que se resiste, EEUU, que sufre guerras civiles, disturbios constantes y problemas económicos mientras en el “mundo soviético” todo es paz y prosperidad. Resistencia férrea liderada por un genio humano, Lex Luthor, que al igual que en los cómics originales, hace de la derrota de Superman el objetivo prioritario de su vida. Por supuesto, el choque de trenes es inevitable, y con invitados sorpresa, como un Batman alternativo que lidera la lucha contra el régimen comunista en la propia Rusia.

Algunas propuestas parecen demasiado extremas, pero Mark Millar controla bien los límites. Es un auténtico genio a la hora de hilar argumentos y posee la extraña habilidad de contar al lector lo que desea en cada instante. Y sabe rematar sus historias, también ésta, sobre la base de que todo final es principio de algo. Superman: hijo rojo, un cómic totalmente recomendable, con dibujos de Dave Johnson y Kilian Plunkett, publicado en castellano por ECC Ediciones.

Iñaki Calvo