Juan Carlos Márquez: viaje inquietante, fotos deslumbrantes

Lobos que reclaman la noche es el nuevo trabajo de Juan Carlos Márquez, publicado en una colección muy cuidada que lanzaron hace poco los de Tropo Editores. Se trata de una serie de libros en los que la fotografía tiene tanto protagonismo al menos como la narrativa. La combinación de los dos elementos ofrece, sin duda, un resultado muy atractivo.  Por lo tanto, diremos que se trata de un libro que nos gusta desde el punto de vista estético y, una vez leído, podemos afirmar que también nos gusta su contenido.LIBRO.Lobos que reclaman la noche

Antes de entrar al detalle, tenemos que decir que las fotografías son de Agurtxane Concellón que en 2013 fue finalista de los Premios Sony World Photography Awards. La serie de imágenes que ilustran Lobos que reclaman la noche está realizada en Noruega, el país donde actualmente reside Agurtxane. Se trata de fotografías hechas en lugares nevados, un tanto inhóspitos. Son instantáneas luminosas, casi cegadoras de tanta nieve, a perros, trineos, a personas y encierran algo amenazante. Así mismo, la historia que ha escrito Juan Carlos Márquez también está atravesada por una rara inquietud. El lector empezará a temer pronto que pase algo y será ese miedo, precisamente, lo que mantenga la tensión en esta novela breve.

La historia se articula en torno a un viaje al antiguo pueblo minero de Roros, un lugar que según dice uno de los personajes todo el mundo debería visitar al menos una vez en la vida. Los participantes deben hacer ese viaje como se hacía antiguamente: vestidos con pieles, a bordo de trineos tirados por perros… Los personajes de Lobos que reclaman la noche participan en esa carrera. Por un lado tenemos a una pareja que espera a su primer hijo, a un viudo que extraña mucho a su mujer, y a un hombre enfermo que viaja con su nieto. Será el personaje del nieto, que emprende ese viaje a regañadientes, quien nos recuerde, a través de detalles como el uso del teléfono móvil  que la historia transcurre en el siglo XXI. El vínculo entre todos ellos, será un perro. El viudo cree que uno de los husky que tira del trineo de la pareja es su perro Odd, que le fue robado hace tiempo.

Los acontecimientos se precipitan hasta un final que no podemos adelantar pero que sí advertimos que nos dejará fríos como la nieve. Para resumir queremos destacar que la historia de Márquez se resuelve muy bien por si misma pero se ve muy realzada por las fotografías de Concellón, que nos sitúan perfectamente en los parajes nórdicos, en la dureza del camino; unas fotografías que nos transmiten frío y nos deslumbran con la luz dolorosa del invierno.

Txani Rodríguez

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