Ana Malagon, relatos del malestar

Lasai, ez da ezer gertatzen es el debut de la escritora donostiarra Ana Malagón Zaldua. Se trata de un libro de relatos hiperbreves en el que esta licenciada en Comunicación Audiovisual traduce a literatura su mirada sobre la cotidianidad. Los cuentos no se apartan del realismo en ningún momento, pero el punto de vista de Malagón hace que pequeños sucesos como ir a un karaoke, entrar a un cajero o responder una encuesta revistan un interés extraordinario.

Hay varios temas que imperan en esta colección de relatos, uno de ellos es la soledad o mejor dicho los distintos tipos de soledad. En cuentos como Badakizu zer den hori la soledad de la narradora es mayúscula; en otras historias como Artilea nos enconLIBRO.Lasai, ez da ezer gertatzentramos con esa forma de soledad tan lacerante que se siente cuando, aun acompañados, nos vamos quedando solos. Otro de los temas que aborda Malagón, muy relacionado con la soledad, es el de la incomunicación. En Lotsa likido lodia, por ejemplo, nos habla de aquello que no nos atrevemos a decirle a la otra persona, pero la forma, digamos, contemporánea de relacionarnos con los demás está muy presente en este libro donde la frustración de algunos de sus personajes es patente.

Por último, diremos que la presencia de la muerte es casi una constante que atraviesa estos relatos. Pero  la mayoría de las ocasiones la muerte no es morbosa ni inquietante, se parece más bien a ese personaje secundario que altera todas las tramas con su irrupción. Anbulategi Aurreko Bankua es uno de los relatos englobados en esta temática que más me ha gustado.

En general, estamos ante un libro que está muy bien. Está escrito de forma sencilla, directa y eficaz.  No parece Malagón muy amiga de preciosismos. Algunos de los relatos tienen una trama que se acerca a la ficción narrativa, pero otros muchos textos bien podrían forma parte de las anotaciones de un dietario. Sea como fuere, la mirada de esta joven autora, allí donde se detiene -ante la sección de congelados del supermercado, ante el comercial de una compañía telefónica, o ante una mancha de kepchup- su mirada, como decía, tiene el interés y la fuerza suficientes como para guiar la nuestra.  Así que esperemos que a este libro le sigan otros muchos.

Txani Rodríguez

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