El inagotable universo íntimo de Yoko Ogawa

La editorial Funambulista continúa acercando a los lectores la obra de la notable y original escritora japonesa Yoko Ogawa (Okayama, 1962). Seguramente esto ha sido posible gracias al éxito, al boca a boca, de una novela tan estimulante y tierna como La formula preferida del profesor. Antes de este libro, esta misma editorial publicó El embarazo de mi hermana (un gran éxito en Japón) y posteriormente Perfume de hielo, La residencia de estudiantes, La niña que iba en hipopótamo a la escuela, La piscina y Amores al margen.

A falta de trabajos más recientes, Funambulista ha decidido escarbar en la bibliografía de Ogawa hasta encontrar en 1996 Los tiernos lamentos, una novela que me extraña no haya sido publicada antes por su calidad y hondura y que han traducido al castellano Yoshiko Sugiyama y Sergio Torremocha.LIBRO.Los tiernos lamentos

La novela cuenta la historia de Ruriko, una calígrafa en la treintena que abandona su hogar en Tokio y se instala en el chalet familiar en un bosque al lado de un lago, harta de las infidelidades de su marido y sus malos tratos. Ruriko se encontrará allí con la extraña pareja que forman Nitta y Kaoru. Nitta es un maduro ex pianista profesional con miedo escénico que se dedica ahora a construir clavecines. Kaoru es la joven ayudante de Nitta, del que está enamorado, que esconde un terrible pasado: su marido fue asesinado por una amante. Estos tres personajes y un par de secundarios más –la oronda dueña de un hostal cercano, el marido maltratador, la profesora de caligrafía de Ruriko y el anciano perro Dona– conformarán un mundo a ratos obsesivo, a ratos esperanzador, un pelín mezquino, muchas veces costumbrista, siempre triste y melancólico, en el que el amor se confundirá con el deseo y en el que el futuro se contempla como un tiempo repleto de promesas y desgraciadamente también de amenazas.

Yoko Ogawa demuestra su maestría a la hora de diseccionar las peculiares relaciones de amor-odio que establecemos los humanos con aquellas personas que tenemos más cerca. Historias de relaciones humanas en las que subyace siempre algo inquietante, una inquietud que sin embargo no tiene porque derivar en un final trágico ó desesperanzado. Porque a pesar de los pesares, a pesar de lo mal que lo suelen pasar sus protagonistas malheridos por la vida y el amor, la escritora japonesa se mueve en el terreno del vaso medio lleno, en la creencia de que hay que ser optimistas, de que los malos momentos pueden ser superados aunque no haya finales con príncipes azules, de que la solidaridad, la ternura, la entrega desinteresada y la comprensión se impondrán sobre el lado tenebroso de la vida. Atreveros a disfrutar con las historias tristes pero positivas de Yoko Ogawa.

Enrique Martín

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