Elías Arce es un joven periodista con un concepto romántico de la profesión y con ganas de ascender posiciones. Deseoso de escribir el reportaje que le reporte el reconocimiento que tanto desea, investiga una serie de muertes extrañas, un tanto rocambolescas, que tienen lugar en Madrid en 1908. La primera a la que asistimos, un tanto agónica, es a la de un profesor de biología que es aplastado por el esqueleto de un dinosaurio en el Museo de Historia Natural.  Pronto irrumpirán en escena, el científico Salomon Fo, dueño de una inteligencia extraordinaria pero con aspecto de científico loco, su bella hija Irene, de quien Arce quedará prendado desde el primer momento, y el criado de Fo, un tipo con pinta de vampiro. Pues este equipo singular se adentrará en una investigación que les envolverá en una red de mentiras, secretos de estado y terribles experimentos.

El autor de este libro es el escritor sevillano Luis Manuel Ruiz, amante de la literatura de género y del comic. No es raro pues que esta novela no demasiado extensa sea una mezcla de Mortadelo y Filemon, Sherlock Holmes y la obra de H.G. Wells. El hombre sin rostro combina  con acierto buenas dosis de  intriga clásica de detectives, con la ciencia ficción y el humor. Ha comentado el autor que tras cuatro años sin publicar, ha hecho al fin lo que le apetecía de veras. Y lo cierto es que mientras se avanza en la lectura, nos va quedando claro que Luis Manuel Ruiz se lo ha pasado en grande escribiendo esta historia en la que el Madrid de principios del siglo XX toma también carta de protagonismo. Se trata de una novela divertida, bien escrita, ligera, que se lee con rapidez, muy recomendable, por todo ello, para disfrutarla entre chapuzón y chapuzón. “Misterio, aventuras y ciencias puras”, se nos promete en la contraportada y la verdad es que el libro no defrauda. El hombre sin rostro es refrescante cambio de registro en la trayectoria de este escritor que en 2001 mereció el Premio Internacional de la Feria de Francfort.

Txani Rodríguez