El poema. Alejandra Pizarnik, argentina

FOTO Alejandra PizarnikAfuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.

Este poema se titula La jaula y lo escribió Alejandra Pizarnik, una escritora argentina, una de las más importantes del siglo XX. Nació en la ciudad de Avellaneda en 1936 y se suicidó en Buenos Aires. Fue una escritora que nunca lo tuvo fácil. Vivió una infancia complicada que le minó la autoestima. Algo que probablemente llevó siempre consigo. Se interesó por todo lo que caía en sus manos: literatura, filosofía, pintura, psicoanálisis… Todo le interesaba. Lectora empedernida, le encantaban poetas franceses como Mallarmé ó Rimbaud.

Su primer libro lo publicó en 1955, La tierra más lejana. Un año después publicaría La última inocencia. En los 60 se fue a vivir a París. Allí trabajó en la revista Cuadernos, en varias editoriales, tradujo poesía al castellano… Es allí donde conoció a Julio Cortazar, Rosa Chacel y Octavio Paz. Dicen que fueron amigos, eso lo tendrán que decir ellos, aunque todos han fallecido. A su regreso a Buenos Aires siguió escribiendo y publicó probablemente sus mejores poemarios, como Los trabajos y las noches o El infierno musical. Recibió dos becas importantes, Guggenheim y Fullbright, que hicieron que pudiera vivir un tiempo en New York. A los 36 años, en cuadro de depresión, se suicidó ingiriendo una cantidad muy elevada de barbitúricos.

Goizalde Landabaso

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