¿Estamos hablando de autoficción ficticia, Juan Luis Zabala?

Txistu eta biok es el nuevo libro del periodista y escritor Juan Luis Zabala, quien ya había publicado con anterioridad novelas, colecciones de relatos, libros de literatura infantil y dos biografías. En esta ocasión, descubrimos que entre el narrador y el autor hay más de una coincidencia. Además, ya en las primeras páginas este trabajo se emparenta con Kristalezko begi bat, que como ya sabréis, puede enmarcarse en la autoficción. Sin embargo, en Txistu eta biok resulta más fácil separar las partes diarísticas de las novelísticas que en EL celebrado libro de Miren Agur Meabe.

La entrada a esta historia nos presenta a un periodista de Berria, -he aquí una de esasLIBRO Txistu eta biok coincidencias-, que recibe la noticia de que su perro Txistu tiene una enfermedad degenerativa. El narrador-protagonista está inmerso en una crisis profesional e intelectual. Él, redactor del área de Cultura, se entera del fallecimiento de José Saramago a través de Radio Marca, un medio que cada vez escucha con más frecuencia. Ese hecho le lleva a encontrarse de bruces con una realidad: su interés por la cultura ha cedido terreno a favor de un creciente interés por el deporte: “Realak noiz jokatzen zuen eta zer egiten zuen ez jakitetik, Realak jokatzen zuenean zer egiten ari zen zelatatzera pasa nintzen, zeharka eta ezkutuan hasieran, benetan axola ez zaionaren itxurak eginez, baina barruan kezka gero eta handiagoa nuela”. Es curioso que esos dos factores que tanta importancia parecen tener en su vida –el hecho de tener un perro y su afición al deporte y a la Real Sociedad en concreto-como sendas anomalías sobrevenidas. Pronto sabremos después que gracias a una ayuda de la Diputación Foral de Gipuzkoa podrá tomar una excedencia y dedicarse a escribir el libro que nos ocupa. El planteamiento es sin duda lúdico y entraña un juego de espejos.

Durante un buen número de páginas Txistu eta biok puede leerse como algo cercano a la autobiografía o a las memorias, pero –ha sido mi caso al menos- para cuando aparece un personaje llamado Karolina ya tenemos la certeza de que hay mucha fabulación. Y es que el libro tiene incluso un claro sabor a novela negra, a thriller. Esa vertiente “noir” arranca en el momento en el que el protagonista, en uno de sus habituales paseos con Txistu, descubre el cadáver de un rumano en la puerta de Arteleku. Y a partir de ahí el asunto se disparata y se acentúa ese carácter lúdico que mencionaba antes.

El libro está dividido en pequeños capítulos, en la mayoría de los cuales, Txistu, el factótum de este trabajo, le sirve de excusa al autor para brindarnos interesantes reflexiones propias y ajenas (algunas algo epatantes) sobre muchos asuntos, la cultura y el euskera, entre ellos. Txistu eta biok, escrito con oficio y talento, atravesado además por la ironía, y repleto de referencias culturales, es una lectura amena, divertida, edificante, de apariencia ligera, pero con mucha, muchísima sustancia.

Txani Rodríguez

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *