Alsina, mujer-barco: una odisea de Xabier Mendiguren

La nueva novela de Xabier Mendiguren es un libro ambicioso que entrecruza dos historias y dos planos temporales que se abrazan en el título: Alsina es el nombre de un barco y el nombre de una de las protagonistas. Pero analicemos esto con detenimiento: en el año 1941 un matrimonio y su hija están en el puerto de Marsella para embarcar en el Alsina, precisamente. Huyen ya de varias derrotas: la guerra civil, la falsa esperanza de vencer a los fascistas, la amenaza de ser deportados a España y correr la misma suerte que, por ejemplo, Companys. Eran tiempos turbulentos y peligrosos. Como las aguas del Atlántico –estribaciones del campo de batalla- que anhelaban surcar. En el puerto marsellés, Begoña, la hija del matrimonio exiliado, se enamora de Koldo, un joven gudari. Pero avancemos algo más de información sin desentrañar la trama: el viaje en el Alsina se tuerce –el pabellón francés del barco no era seguro- y llegar a América se convertirá en una larga odisea. Por el camino, Begoña se quedará embarazada y de su relación con Koldo -bendecida poco después por la iglesia- nacerá Alsina.libro-alsina

Ese personaje, Alsina, es el segundo pilar de esta narración. Ella abre el libro. Sabemos que está en un aeropuerto norteamericano a punto de coger un avión con destino a Barajas. Su madre acaba de morir. Estamos ahora en el año 1980. Pero sabemos también que su verdadero destino es el País Vasco. Desea, sin que ella misma pueda especificar muy bien las razones, conocer su tierra de origen, la tierra de sus abuelos y de sus padres, la tierra de su padre, Koldo, a quien nunca conoció finalmente. En el viaje de Alsina, que transcurrirá entre aviones y taxis y tendrá paradas en Bilbao o Bergara, nos será revelado el final de la epopeya de aquel primer viaje transoceánico de su familia.

Estas dos partes entrelazadas están contadas por un narrador omnisciente, todo lo sabe, bastante intrusivo, que cuestiona el pacto de verosimilitud con el lector y que reflexiona sobre los mecanismos de la ficción. Es, sin duda, la voz de este narrador, que nos moverá a su antojo por la historia, uno de los elementos más interesantes de esta novela. Pero esto no es todo: Mendiguren alterna los pasajes en los que se reconstruye la historia de Alsina con otros basados en una conversación que mantienen un socialista antiguo militante de ETA político-militar y un nacionalista. En esa charla que mantienen mientras degustan un menú con pinta de estrellas Michelín se interrogan-y no deja de ser un contraste ya que se están poniendo hasta arriba- por la revolución y repasan las últimas décadas, cuajadas de hechos violentos, vividos por la sociedad vasca.

El vínculo entre los comensales y la familia de Alsina se desvelará en las últimas páginas y, desde luego, no vamos a adelantarlo, pero sí podemos avanzar que esta novela en la que Mendiguren lleva trabajando de alguna manera desde el año 1997 ofrece un retrato poliédrico del signo de los últimos tiempos y un océano, si vale la comparación, de información histórica y reflexiones políticas y literarias. Alsina es un viaje literario a través de nuestra historia, un viaje en el que nos guía hábilmente Xabier Mendiguren a través de la generación de expectativas, la dosificación de la información, el oficio y las diversas tramas que anuda.

Txani Rodríguez

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