Los raros. El peso falso, del extraordinario Joseph Roth

libro-el-peso-falsoHabía una vez en el distrito de Zlotogrod un inspector llamado Anselm Eibenstchutz. Su función consistía en verficar las pesas y medidas de los vendedores de todo el distrito. Por ello, a intervalos determinados, Eibenstchutz va de una tienda a otra para examinar las varas, las balanzas y las pesas. Lo acompaña un guardia de la gendarmería armado de punta en blanco. De esa forma hace saber el Estado que está dispuesto a castigar a los falsarios, en caso necesario por las armas, siguiendo las Sagradas Escrituras que dicen que un falsario es lo mismo que un ladrón.

Así comienza El peso falso de Joseph Roth. De entre todos los escritores surgidos en el seno del imperio austrohúngaro, que desarrollaron su labor en el periodo de entreguerras, cuando dicho imperio ya había desaparecido, es seguramente Joseph Roth el que mayor proyección ha alcanzado debido al encanto y a la calidad de su obra. Roth viajó por todo el continente ejerciendo de corresponsal, pero se sintió siempre desterrado de la Europa de su juventud (algo que se puede apreciar especialmente en su obra más conocida: La marcha Radetzky). Como un exiliado vivió, primero en Berlín y luego en París, donde creó un universo literario de excombatientes, refugiados, desertores, contrabandistas y humildes aldeanos judíos, que no ha perdido su vigencia e interés desde su temprana muerte a causa del alcohol en 1939.

Estos datos pueden servir como pistas para explicar el sentimiento de fatalidad y el ambiente patibulario, aunque el autor lo adorne con frecuentes toques líricos en la descripción de la naturaleza, predominantes en esta sorprendente novela de madurez que hoy comentamos, El peso falso, publicada en 1937.  Como en otras de sus obras, Roth sitúa la acción en un territorio fronterizo entre el imperio austro-húngaro y el ruso, donde el personaje protagonista, Anselm Eibenstchuz, antiguo suboficial del ejército austriaco desempeña sin mucha convicción el oficio  de inspector de pesas y medidas. Ha adoptado esta nueva profesión para contentar a su esposa, a la que realmente ya no ama, pero no deja de añorar la vida de cuartel, mucho más sencilla y ordenada. El pueblo de Zlotogrod está lleno de comerciantes falsarios que desconfían y se burlan de la autoridad, lo que pone en continuos aprietos al honesto y severo Eibentschutz. Para colmo, descubre que su mujer le engaña, con lo que su universo se desmorona. Encontrará consuelo a su amargura en la Taberna de la Frontera, dudoso establecimiento al que acuden los desertores del ejército ruso introducidos clandestinamente por el contrabandista Kapturak, personaje recurrente en la obra de Roth. En la taberna trabaja la hermosa gitana Euphemia, de la que el inspector se enamora, y desde ese momento, sus valores y su vida toda sufrirán una transformación radical.

Hasta ahí el argumento, en el que todavía abundan sorpresas y personajes pintorescos. Por lo que respecta al lenguaje, Roth se muestra como un consumado estilista, utilizando en ocasiones recursos poéticos como el de repetir frases, con variaciones graduales, para dar mayor  énfasis al texto. En general, su prosa es tersa y siempre fluida, con frases cortas, gráficas y efectivas, que hacen de la lectura un verdadero placer. Ediciones Siruela publicó en 2003 esta hermosa parábola sobre el trastorno a que puede inducir la pasión amorosa, cuyo título es El peso falso, de Joseph Roth.

Javier Aspiazu

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *