El poema. Margie Cronin, autraliana

II

Si tú has muerto y no me he dado cuenta
pregúntale la hora al reloj embarazado.

Francia, en primavera, consigue sus hojas desde los cines.

El ciego perseguido por las abejas
debería hacer su hogar en la madera quieta.

Si el amarillo se acaba, deberíamos hacer el pan con risa.

III

Te digo la rosa no está desnuda, ni tampoco vestida
aunque sólo es deshojada por el corazón humano.

Los árboles cubren sus sabias raíces porque ellas sólo
deben crecer.

Sólo las calles más nuevas escuchan la penumbra
de los autos que están siendo robados.

¿Hay algo más triste en el mundo
que un tren inmóvil en la lluvia?
Una madre.

IV

En el cielo hay una iglesia para cada esperanza
y en cada esperanza no satisfecha hay una iglesia.

Los tiburones no atacan a las sirenas
porque ellos también desean un calorcito.

Sí, ¿el humo habla con las nubes pero no siempre silba?

Si deberían nuestros deseos regarse con el rocío.
Si es verdad que queremos el mañana.

V

Cuando la tortuga habló, el camello guardó su naranja
dentro de su cascarón.
El camello en su propia joroba menea cinco
frutas distintas.

El peral tiene más hojas que todos
los libros escritos hasta ahora,
aunque menos, que los libros que aún no se han escrito.

Las hojas cometen suicidio cuando se sienten amarillas
porque sólo tienen ojos metafísicos para mirar el sol.

VI

El sombrero de la noche vuela lleno de agujeros
porque la oscuridad engaña a la luz.

Pasando al lado del fuego las viejas cenizas susurran:
“las manos de mi padre”

Las nubes lloran y crecen felices
cuando miran al río sonreír.

En el eclipse, los pistilos del sol
arden para vigilar las hojas.

Hay suficientes abejas en un día para toda una semana.

Este poema se titula Respondiendo a las preguntas de Pablo Neruda, ha sido escrito por la poeta Margie Cronin, una poeta australiana nacida en 1963. Estudió arte y leyes en la universidad, y es a las leyes a las que dedica su tiempo laboral, pero siempre tiene algo de tiempo para la poesía. Encontró una manera de aunar sus dos actividades, y realizó un estudio sobre la relación entre la literatura y la ley. Tiene varios poemarios publicados. Este poema lo ha traducido Juan Garrido.

Goizalde Landabaso

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