ELIZABETH STROUT

Me llamo Lucy Barton             (DUOMO)        208 páginas

Elizabet Strout (Maine, 1956) es una gran escritora estadounidense. Hace unos años pudimos leer Olive Kitteridge, novela con la que consiguió el Premio Pulitzer y que se convirtió en una miniserie de televisión muy prestigiosa y galardonada. En aquella novela ya quedaban claros los intereses de la autora: intentar entender los mecanismos que conducen a la felicidad y la infelicidad en hombres y mujeres de la clase media. Aunque había ternura en los retratos de los protagonistas, no se ocultaban sus miserias y traiciones. En Me llamo Lucy Barton reúne a dos mujeres, madre e hija, en un hospital neoyorquino durante cinco días y cinco noches, el tiempo en el que las dos se dirán todo aquello que habían callado durante años. Muchos desencuentros para llegar a una conclusión desesperada, que se aman mucho. Una joya.

JOSEBA SARRIONANDIA

Será colosal                        (TXALAPARTA)       100 páginas

Sarionandia (Iurreta, 1958) es un mito de la literatura euskaldun. Un escritor admirado por sus ensayos, novelas y relatos (Ni ez naiz hemengoa, Lagun izoztuta, Moroak gara behelaino artena?, Akordatzen…) y un personaje secreto: no se sabe nada de su vida desde que en 1985 se fugó de la cárcel de Martutene tras ser condenado a 28 años de cárcel por pertenecer a ETA. Eso no ha impedido que, desde su exilio desconocido, haya participado activamente en la vida cultural de Euskal Herria. Será colosal es la traducción al castellano realizada por Daniel Escribano de Kolosala izango da, una breve novela publicada originalmente en 2003. Una historia que nos habla de unos niños que viven en un pueblo de la Euskadi de los años treinta con la Guerra Civil cerca de sus casas y añoran los días en los que les visitaba el alemán Cirque Crone.

HENNING MANKELL

Botas de lluvia suecas           (TUSQUETS)        397 páginas

Esta es la última novela que publicó el escritor sueco Henning Mankell (Estocolmo, 1948-2015). El creador de las magníficas historias protagonizadas por el inspector Kurt Wallander parecía haberse despedido de sus lectores con un magnífico libro de memorias Arenas movedizas. Por eso Botas de lluvia suecas es un regalo inesperado. En ella recupera a Fredrik Welin el protagonista de la novela Zapatos italianos. Welin se despierta un día cuando un incendio arrasa su casa. El solitario médico jubilado no tiene más remedio que mudarse a una caravana. Pero su infortunio no ha terminado, porque se corre el rumor de que fue el responsable del fuego y su caso se convierte en presa de los medios de comunicación y de la periodista Lisa Modin que despertará en Welin sentimientos olvidados. La vejez y el amor.

MIRKO ZILAHY

Así es como se mata              (ALFAGUARA)        450 páginas

Esta novela se publicó justo al comienzo del verano y la recuperamos porque las críticas que han aparecido de ella han sido deslumbrantes. En una novela negra escrita por el italiano Mirko Zilahy (Roma, 1974). La primera novela de un editor, periodista y traductor muy respetado en su país. La historia parece bastante tópica. Estamos en la capital italiana en septiembre de 2008. Lleva días sin parar de llover y en la Roma menos turística han comenzado a aparecer muertos que llevan la misma firma. Son obra de un asesino en serie. El único hombre capaz de liderar la investigación es el comisario Enrico Mancini, especializado en resolver crímenes seriales por el FBI. Lo que no sabe el comisario, ni su equipo, es que el asesino tiene un plan maquiavélico repleto de símbolos que implica al propio Mancini. Absorbente.

ÁLBER VÁZQUEZ

La meta está en Ítaca    (EDICIONES POLARES)     155 páginas

Asombrados estamos con este libro que acaba de publicar Álber Vázquez (Errenteria, 1969). Aunque no deberíamos estarlo porque Vázquez es un novelista, poeta, bloguero y periodista que se ha interesado por casi todo. Ha escrito sobre historia, arte, literatura y tecnología. Además once novelas (la última Hambre a borbotones del año pasado), un libro de relatos, otro de literatura juvenil y siete poemarios le contemplan. Y ahora La meta está en Ítaca, un libro escrito en primera persona sobre una de sus pasiones, correr, y sobre todo correr la Behobia-San Sebastián. Porque nuestro autor se levanta tres días por semana al amanecer y corre veinte kilómetros. Un libro trufado de referencias literarias, cinematográficas, a la cultura popular. Un libro que habla sobre el esfuerzo y la soledad entre la multitud. Hermoso.