Cuando las veo pasar alguna vez me digo: qué sentirán
ellas, las que decidieron ser perfectas conservar a toda costa
sus matrimonios no importa cómo les haya resultado el marido
(parrandero mujeriego jugador pendenciero
gritón violento penqueador lunático raro algo anormal
neurótico temático de plano insoportable
dundeco mortalmente aburrido bruto insensible desaseado
ególatra ambicioso desleal politiquero ladrón traidor mentiroso
violador de las hijas verdugo de los hijos emperador de la casa
tirano en todas partes) pero ellas se aguantaron
y sólo Dios que está allá arriba sabe lo que sufrieron.
–
Cuando las veo pasar tan dignas y envejecidas,
los hijos las hijas ya se han ido en la casa sólo ellas han quedado
con ese hombre que alguna vez quisieron (tal vez ya se calmó
no bebe apenas habla se mantiene sentado frente al televisor
anda en chancletas bosteza se duerme ronca se levanta temprano
está achacoso cegato inofensivo casi niño) me pregunto:
–
¿Se atreverán a imaginarse viudas, a soñar alguna noche
que son libres
y que vuelven por fin sin culpas a la vida?
Este es un poema de la nicaraguense Daisy Zamora, nacida en 1950 en Managua. Es escritora, ex guerrillera, catedrática de la Escuela de Arte y de la Escuela de Periodismo. También es psicóloga. En 1967 publicó sus primeros poemas. Fue responsable en la clandestinidad de Radio Sandino y fue viceministra de cultura, trabajando con Ernesto Cardenal. Ha publicado varios libros de poesÃa y en 1992 publicó una antologÃa de la poesÃa femenina de Nicaragua muy interesante. Lleva ya unos años viviendo en San Francisco, Estados Unidos.
Goizalde Landabaso