El comictario. Negalyod o como Perriot resucita a Moebius

Hace siete años que nos dejó el gran Jean Giraud, alias Gir, alias Moebius, uno de los genios indiscutibles de la historia del cómic. El Teniente Blueberry, El Garaje Hermético, El Incal, su incursión en el mundo de los superhéroes con Estela Plateada, un sinnúmero de obras maestras que quedaron para la posteridad. En Francia, país natal de Moebius, esperaban desde hace siete años al sucesor del genio, y quizá sea por eso que en el país vecino haya tenido tanta repercusión el cómic que hoy nos ocupa, Negalyod, una fábula futurista postapocalíptica con guión y dibujo de Vincent Perriot, un autor que había ofrecido destellos en sus primeras obras pero que, con 35 años recién cumplidos, ha evolucionado hasta postularse como digno heredero de Moebius. Veremos si es su estilo definitivo, pero las planchas que ha dibujado para Negalyod despiertan casi la misma emoción que sentíamos al leer un cómic del maestro fallecido.

Sin explicaciones, que poca falta hacen, Vincent Perriot nos lleva a un futuro en el que el mundo es un gran desierto y el agua un auténtico tesoro, controlado por una poderosa entidad llamada La Red. En este mundo futuro vuelve a haber dinosaurios, y cuidar un rebaño de estos animales es la labor del protagonista de la historia, Jarri, un joven pastor que tiene el don de entender lo que le dicen las bestias. Jarri vive feliz haciendo su trabajo hasta que un día un artefacto que tiene como misión provocar la lluvia mata con sus radiaciones a todo su rebaño. Jarri viaja hasta la gran ciudad en busca de justicia, y allí contacta con la resistencia, un grupo que quiere acabar con el tiránico poder que ejerce La Red.

Vale, de acuerdo, un mundo postapocalíptico, falta de agua, un régimen despótico, la resistencia, un héroe a la fuerza; diréis que esto ya lo habéis visto o leído antes, y no os falta razón pero, como siempre digo en estos casos, lo importante de una historia es que esté bien contada y, si es cómic, bien dibujada, y las dos condiciones se cumplen con creces en Negalyod. El guión discurre con fluidez, apoyado en las magníficas ilustraciones de Vincent Perriot con dinosaurios, paisajes desérticos, ciudades flotantes, naves voladoras y un color sobresaliente obra de Florence Breton que, ¡oh, casualidad!, era la colorista habitual de los álbumes de Moebius. ¿Se puede pedir más? Quizá en el futuro sí pero, de momento, solo queda disfrutar de Negalyod, un integral de 200 espléndidas páginas publicado en castellano por Norma Editorial. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo

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