El comictario. Bezimena, la verdad de Nina Bunjevac

Hablar. Contar lo que te ha ocurrido. Que otras víctimas sepan que no están solas y que cuentan con apoyo y comprensión. Son reglas básicas para las mujeres que han sufrido una agresión sexual. El silencio es el muro tras el que se oculta el violador, a la espera de su siguiente presa. Un muro que se derrumba a base de testimonios como el de la ilustradora serbo-canadiense Nina Bunjevac, una mujer con una vida tremendamente difícil y que ha logrado superar todos los obstáculos hasta convertirse en una artista reconocida y respetada. Nina Bunjevac contó al mundo su odisea familiar y el sueño terrible de un país ficticio, la Gran Serbia, en su anterior novela gráfica, titulada Patria. Violencia, terror, una familia destrozada y dos viajes a Canadá, el segundo definitivo, huyendo del horror final, la Guerra de los Balcanes.

Pero aquel exorcismo no fue suficiente, todavía quedaban demonios en su interior, y Nina Bunjevac completa el sortilegio con un álbum tan sobrecogedor como bellamente ilustrado. Se titula Bezimena, palabra que en varias lenguas eslavas significa “Sin nombre“, y es un relato duro, incómodo y de difícil digestión sobre la psicología del agresor sexual. ¿Qué pasa por la mente del violador cuando comete sus crímenes? ¿De dónde viene su ansia perversa? ¿Se puede contar eso a base de dibujos? Nina Bunjevac lo ha hecho, con perturbadoras ilustraciones en blanco y negro, pavoroso realismo y basándose libremente en la leyenda de Artemisa y Sipretes, el joven cretense que vio a la diosa griega bañándose desnuda y ésta, como castigo, le convirtió en mujer.

El protagonista de Bezimena es Benny, un niño de familia acomodada que, desde pequeño, muestra un lado oscuro. Crece ocultando su ansia depredadora y un día, ya adulto, un libro misterioso y pistas que aparecen en sus páginas le llevan a satisfacer sus deseos manteniendo relaciones sexuales perversas con varias mujeres. Pero, por supuesto, nada es lo que parece, y el final de la historia estalla en todo su dramatismo, encogiéndonos el corazón ante los límites a los que pueden llegar la maldad y la locura. Y quien lo cuenta, Nina Bunjevac, sabe de lo que habla, porque ha sido víctima no de una, sino de dos agresiones sexuales. El álbum se completa con un epílogo de la autora, todo un testimonio que termina así: “Este libro está dedicado a todas las víctimas olvidadas y sin nombre de la violencia sexual. Que encontréis la paz, que encontréis la luz y hagáis disipar la oscuridad que os rodea“.

Bezimena de Nina Bunjevac, un cómic absolutamente imprescindible publicado en castellano por Reservoir Books. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo

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