Andando hacia atrás en el debut de Karlos Zabala

“C’est la vie” kantatzen dute zaharrek  es la primera novela del autor irundarra Karlos Zabala. Ganador en dos ocasiones del Premio Euskadi de Traducción, había publicado con anterioridad el libro de poemas Mende Akabera y  los libros dirigidos al público infantil Karakol txikiren ipuinak  y Oilo kontakatiluaren istorioa.

El punto de partida de la historia es el siguiente: Anton Pla, un hombre de 45 años, casado y padre de dos adolescentes, decide un buen día, y sin que ni él mismo sepa muy bien por qué,  caminar hacia atrás. Sabemos más cosas de este curioso personaje: tenía una empresa de jardinería con su cuñado, pero ahogados por las deudas, tuvieron que cerrarla y, tras estar un tiempo, en el paro encuentra trabajo como administrador de fincas. Los sábados visita a su padre, que está en una residencia en Lesaka y le cuenta películas que el anciano, que ha perdido la vista, no puede ver. Los domingos tiene por norma visitar el bar de alterne de su amigo Kinko, un ludópata con el que establece ventajosas apuestas. Sabemos también que se lleva aparentemente bien con su mujer, que sus hijos parecen a veces más maduros que el protagonista de esta historia, que cree que su cuñado le ha traicionado, y que tiene algunos líos y dilemas morales en la oficina.

Sin embargo, su decisión de caminar hacia atrás, llamará pronto la atención de sus vecinos, de los niños del barrio, le sale, incluso, trabajo como animador de fiestas infantiles  y, en una de esas fiesta, una periodista de El Diario Vasco le entrevista. En el periódico cuenta –echándole un poco de literatura a la cosa-cómo Anton, cansado de estar en paro, decide dar la vuelta a la situación caminando hacia atrás, como protesta. A partir de esa entrevista otros periodistas se interesarán por su caso y se convertirá en una celebridad que describen con toneladas de grandilocuencia; le definen como un revolucionario, un iconoclasta, un transgresor, una especie de héroe de la performance.

Lo cierto es que el punto de partida de Zabala es muy original pero podía haberse quedado en una ocurrencia, y convertirse en una novela que perdiera fuelle; en cambio, el autor logra mantener muy bien la historia porque, al margen de lo complicado que sea no ceder en su resolución de caminar hacia atrás -se lleva unos cuantos golpes-, vamos conociendo, a medida que avanzamos en la lectura, al personaje y su pequeño microcosmos de relaciones con otros personajes:  la mujer, el padre, los hijos, el amigo, los cuñados, su compañera de trabajo… Muchas situaciones resultan humorísticas, claro, por ejemplo, la vida cultural que empieza a llevar Anton, poco amante del cine y los libros hasta esos momentos.

Estamos, por tanto, ante una comedia bien resuelta que nos presenta a un hombre saturado de problemas relacionados con su casa, que igual demuelen para ampliar el aeropuerto, con su familia y con su trabajo, que en un momento decide plantarse y dejar actuar de manera absurda, quizá tan absurdo como el mundo en el que vive. “C’est la vie” kantatzen dute zaharrek es una novela original, audaz y divertida.

Txani Rodríguez

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