El comictario. El olvido que seremos, según Tyto Alba

Hace ya 16 años, en 2005, el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince publicó su novela más conocida, El olvido que seremos, una crónica familiar que, de inmediato, pasó a formar parte de la lista de grandes títulos de la literatura latinoamericana. Una historia ejemplar, llena de amor, alegría, tristeza y dolor que años después ha vuelto al primer plano gracias a sendas adaptaciones. Una al cine, dirigida por Fernando Trueba e interpretada por Javier Cámara, que se estrenó el pasado mes de mayo tras ganar el Goya a la mejor película iberoamericana. Y otra al cómic, a cargo del autor catalán Tyto Alba que, en colaboración con el propio autor de la novela ha conseguido retener en 130 páginas los valores y el espíritu del relato original.

Y eso es mucho retener, porque El olvido que seremos es una historia de amor familiar profundamente conmovedora, el retrato de un ser humano admirable y la descarnada radiografía de los años bárbaros sufridos por Colombia durante las décadas de los setenta y ochenta del pasado siglo. La novela es un monumento al amor paterno-filial, el que sintió el autor hacia su padre, y el que recibió de él, un hombre “bueno” en el amplio sentido de la palabra, buen padre y esposo, médico humanista, profesor universitario y defensor a ultranza de la democracia y los derechos humanos. Héctor Abad hijo no escatima detalles para expresar la devoción hacia su progenitor, el “hombre de la casa“, padre de seis hijos, cinco chicas y un chico, siempre paciente, siempre sosegado, con tiempo para una charla tranquila, unas palabras de ánimo, algún pequeño reproche constructivo y, siempre, siempre, portador de un mensaje de optimismo y confianza.

Los delicados dibujos y acuarelas de Tyto Alba reconstruyen el itinerario vital del doctor Héctor Abad Gómez, una persona que luchó sin descanso por un futuro mejor para Colombia. Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Antioquia, organizador de manifestaciones contra la violencia, tanto gubernamental como de la guerrilla, autor de numerosos artículos de denuncia. La voz incansable de Héctor Abad Gómez molestó a demasiada gente. La muerte por enfermedad de una de sus hijas le hizo incrementar su activismo cívico, sabía que estaba amenazado, pero no quería tener miedo. Finalmente, en agosto de 1987, el doctor Héctor Abad Gómez fue asesinado por los paramilitares. La extrema derecha le consideraba un comunista peligroso. La guerrilla le veía como un burgués acomodado. El resto de la humanidad sabía que era un hombre justo y comprometido. Su hijo siempre lamentará no haberle convencido para huir de Colombia.

El olvido que seremos, expresión procedente de un poema de Jorge Luis Borges, es el título perfecto, el epitafio para ese hombre bueno cuya memoria poco a poco se irá diluyendo en el tiempo. Un cómic imprescindible, publicado por Salamandra Graphic. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo

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