Preparo café para no dormir
otra vez.
Las manos tibias rodeando la noche
en porcelana,
y el reloj de pared, indiferente
a su movimiento perpetuo.
Las risas, las voces,
a un volumen exagerado.
Mis hijos resuenan en otro barrio que conozco.
Como si los viera a través de una bola
de cristal un poco opaca y antigua.
Las veinte cuadras que me separan
son un viaje de larga distancia
cada vez que intento
un llamado por teléfono.
“Te extraño y espero que sueñes
cosas hermosas esta noche.”
Lo que pueda decirles es mínimo
no alcanza nunca
para llegar a tocar
las fibras tiernas de sus cuerpos.
Hoy no soy responsable del cuidado, lo aparto
atolondrada como una tarea
que no comprendo del todo.
Hoy no soy responsable
de lo que pueda pasarles.
Hoy de nuevo no dormir
y mirar la noche.
La escritora de este poema es Verónica Pérez Arango, una escritora argentina nacida en Buenos Aires en 1976. Es profesora de letras en la Universidad de Buenos Aires. En 2002 publicó La plaqueta, la desdentada, y desde entonces ha publicado varios poemarios. También es coordinadora del ciclo de poesía El Bosque Sutil, y imparte docencia en talleres literarios.
Goizalde Landabaso