El poema. Louise Glück, estadounidense

A veces un hombre o una mujer imponen su desesperación

a otra persona,

a eso lo llaman alternativamente desnudar el corazón, o desnudar el alma.

(Lo que significa que para entonces adquirieron una.)

Afuera, la tarde de verano,

todo un mundo arrojado a la luna:

grupos de formas plateadas que podrían ser árboles o edificios, el angosto jardín donde el gato se esconde para revolcarse en el polvo,

la rosa, la coreopsis y, en la oscuridad, la cúpula dorada del capitolio transformada en aleación de luz de luna,

forma sin detalle, el mito, el arquetipo,

el alma llena de ese fuego que en realidad es luz de luna,

tomada de otra fuente, y brilla unos instantes, como brilla

la luna:

piedra o no, la luna sigue estando más que viva.

Este es un poema –Amor bajo la luz de la luna– de Louise Glück, una escritora estadounidense, para muchas personas, desconocida, que esta semana ganaba el Premio Nobel de Literatura 2020. Es una poeta, narrativa, irónica, que habla de la vida, de las cosas que suceden a su alrededor para dar cuenta del mundo que le ha tocado vivir. Nació en Nueva York en 1943. En 1993 consiguió el Premio Pulitzer por El iris salvaje. Una poeta con una voz contundente, tanto como el discurrir del tiempo, otro tema que aparece mucho en sus poemas.

Goizalde Landabaso

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